Autocustodia frente a exchanges
Una encuesta realizada por CoinGecko entre agosto y septiembre de 2025 a más de 2.500 participantes reveló que la autocustodia domina la protección de activos en Bitcoin. El 53,6 % afirmó utilizar carteras propias para resguardar sus fondos, ya sea en dispositivos fríos o calientes. Entre estas, las carteras frías representaron el 38,1 %, debido a su reputación como la alternativa más segura frente a ciberataques. En contraste, las carteras calientes concentraron el 15,5 % al ser más accesibles y prácticas para operaciones frecuentes.
El peso de los exchanges centralizados
El 41,2 % de los encuestados declaró mantener la mayoría de sus activos en exchanges centralizados, lo que refleja que estas plataformas aún tienen un rol clave en la protección de activos en Bitcoin. Los CEX ofrecen liquidez inmediata, herramientas de trading avanzadas y facilidad de uso, pero la historia reciente de hackeos y colapsos ha generado desconfianza en parte del mercado. Esa dualidad explica por qué siguen siendo populares, aunque bajo una sombra de riesgo latente.
Alternativas menos comunes
Un 5,2 % de los inversores opta por vehículos financieros indirectos como fondos de inversión, ETFs o productos estructurados que ofrecen exposición a Bitcoin sin necesidad de manejar claves privadas. Esta opción reduce la complejidad técnica y facilita el acceso a perfiles más institucionales o conservadores, aunque también implica costos adicionales y dependencia de intermediarios. El porcentaje reducido sugiere que, aunque existen opciones de este tipo, todavía no logran desplazar la preferencia por el control directo de los activos.
Factores que impulsan la autocustodia
La creciente inclinación hacia la autocustodia responde a factores de seguridad y soberanía financiera. Los inversores priorizan el control de sus claves privadas, evitando depender de terceros cuya solvencia o medidas de seguridad pueden fallar. Además, el ecosistema ha ganado conciencia sobre los riesgos de custodiar activos en exchanges tras episodios de quiebras o bloqueos regulatorios. Sin embargo, esta opción también implica responsabilidad: la pérdida de claves o errores de gestión pueden significar la desaparición definitiva de los fondos.
Fuente: Cryptodnes