Elizabeth Warren cuestiona el rol de David Sacks como Zar cripto en Washington

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La figura de David Sacks bajo la lupa política

David Sacks, designado como Zar de Inteligencia Artificial y Criptomonedas por la administración de Donald Trump, enfrenta un escrutinio creciente en el Congreso. Legisladores, con Elizabeth Warren a la cabeza, piden claridad sobre los límites que rigen su estatus de Empleado Gubernamental Especial. Esa categoría le permite colaborar con el gobierno sin abandonar su actividad privada, pero impone condiciones estrictas para evitar conflictos de interés. La regla central es un tope anual de 130 días laborables de servicio. El objetivo es sencillo: aprovechar la experiencia de actores del sector tecnológico sin comprometer la imparcialidad que demanda una función pública.

Los cuestionamientos sobre los días de servicio

Desde el inicio del mandato presidencial han transcurrido más de 160 días laborables, lo que disparó dudas sobre si Sacks superó el máximo permitido. Warren exige transparencia: cuántos días se han contado bajo el régimen de SGE y bajo qué funciones. El entorno de Sacks asegura que ha sido cuidadoso y que la norma no exige que los días sean consecutivos. Esa interpretación, sostienen, preserva la legalidad de su permanencia. Aun así, la presión política aumenta. La demanda de datos verificables es una señal de que el Congreso quiere despejar cualquier sombra antes de avanzar en definiciones regulatorias para el sector cripto.

Conflictos de interés y transparencia financiera

El debate también gira en torno a posibles participaciones privadas de Sacks en empresas de criptomonedas e inteligencia artificial. Si existieran, podrían beneficiarse directa o indirectamente de decisiones adoptadas desde su cargo. Por eso, Warren reclama la divulgación de declaraciones financieras completas ante la Oficina de Ética Gubernamental. La discusión pone en primer plano el equilibrio entre experiencia y neutralidad. El gobierno busca perfiles con conocimiento profundo del mercado, pero la ciudadanía exige garantías de que ese conocimiento no se traduzca en privilegios. La transparencia es la única vía para sostener la confianza pública.

Repercusiones para la regulación cripto

El caso Sacks puede marcar el tono de la agenda regulatoria en activos digitales. Una resolución clara, que combine límites precisos y divulgación de información, aumentaría la certidumbre para empresas e inversores. De lo contrario, se alimentaría la percepción de riesgos de captura regulatoria. Para el mercado, la señal clave es la previsibilidad: reglas estables, procesos de supervisión creíbles y funcionarios libres de conflictos. Ese marco, más que cualquier titular coyuntural, determinará el ritmo de la innovación y la entrada de capital institucional en el ecosistema cripto en Estados Unidos.

Fuente: Cointelegraph

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